9 de septiembre de 2014

A propósito de O´Sullivan, formaciones y Control Motor

A raíz de la lectura de este artículo de O´Sullivan[1], en el que critica duramente algunos aspectos que él mismo defendió, y el cual recomendamos encarecidamente; se nos ocurrió escribir esta entrada a cuatro manos con las reflexiones tanto “fisiosóficas” como clínicas que nos surgieron. A ambos nos apasiona el mundo del control motor y del ejercicio terapéutico, y que alguien como O´Sullivan hable críticamente acerca del tema obligatoriamente nos tenía que hacer pensar.

Desde hace algo más de una década, hemos estado buscando y compilando pruebas objetivas, para poder explicarnos la naturaleza (o por qué existe) del Dolor Lumbar crónico inespecífico (NSCLBP), ya que las presentaciones clínicas son muy variadas e inespecíficas pero todas tienen algo en común: que no existe una causa estructural macroscópica clara, como discopatias, mielopatías o  síndrome del canal estrecho; en estos casos la presentación clínica suele ser algo más delimitada y clara.

Pero los fisioterapeutas estábamos de enhorabuena, diferentes autores como Panjabi, Jull, O’Sullivan, Delitto, Fritz, Sarhmann, Moseley, entre otros, parecía que iban encontrando pruebas objetivas como las siguientes, para intentar explicar esta naturaleza que no quedaba del todo clara, aunque sigue sin existir un gold standard:

- Inflitración grasa en los multífidos lumbares
- Osteofitos de MacNab
- Traslación del segmento lumbar constatable (+4mm) mediante radiografías dinámiscas lumbares
- Retardo o ausencia de la contracción del transverso abdominal durante la elevación del brazo 


Pensábamos que trabajando específica y globalmente el problema de la inestabilidad y control motor, íbamos a tener éxito, casi toda la investigación iba enfocada en este aspecto.

A raíz de todos estos estudios surgió una “corriente” que basaba el tratamiento de cualquier problema de dolor lumbar, especialmente crónico, en ejercicios de control motor. Por supuesto, asociada a esta corriente apareció la correspondiente “industria formativa” que cualquier método en auge presenta.

Y hete aquí que, una década más tarde, los estudios científicos sinceros (con sinceros queremos decir los que dejan de lado sus intereses económicos y/o personales y se centran en los datos que consiguen mediante la investigación y experimentación) nos han mostrado que estos tratamientos no muestran más efectividad que otros con un acercamiento totalmente diferente, como por ejemplo la electroterapia, donde no se tiene en cuenta lo antes mencionado, solamente la localización del dolor. Sin embargo tenemos otros estudios que muestran resultados contradictorios, donde el trabajo de ejercicios de control motor es superior[2].

El error de querer poner a prueba un tratamiento sobre el otro, en muchas ocasiones, es que no somos un cuerpo sin más, el ser humano se mueve por creencias, miedos, situaciones estresantes y conductas tanto a nivel de movimiento corporal como de entender la vida misma y vivirla.

Los nuevos estudios que surgen nos indican que el paciente aquejado de NSCLBP es un paciente sumamente complejo, donde el control de los factores psicológicos, estrategias de movimiento, miedo, desconocimiento de su propio dolor, pueden provocar en el paciente/persona estrés, discapacidad y más dolor, entrando en una espiral donde ningún profesional sanitario llega a entender el problema que realmente existe. Y si el tratamiento fracasa,  crea un efecto nocebo que nutre todas las características mencionadas.

Es por ello que existen tantas contrariedades, y que grandes revistas como Spine, British Medical Journal, Manual Therapy, etc. hayan publicado estudios que muestran que los ejercicios de control motor no sean superiores a otras intervenciones, y otros que sugieren exactamente lo contrario. Al final el máximo común denominador es que siempre serán personas con todas las características personales e individuales que conllevan, y ese debe ser el nexo para todas las futuras investigaciones.

Creemos que lo biomecánico o puramente estructural no es que no sirva de nada o pierda peso. Sin embargo, sabemos del gran protagonismo que tiene el controlar los otros factores (factores psicológicos, estrategias de movimiento, miedo, desconocimiento de su propio dolor). Esta va a ser una de las claves de los futuros éxitos de la fisioterapia, poder tratar a PERSONAS enteramente desde una perspectiva BIOPSICOSOCIAL, sin menospreciar ninguno de los componentes de esta perspectiva.

Un punto de partida interesante lo dan Childs et al. (2004)[3], en un intento de subclasificación cervical. En la misma los autores proponen establecer una subclasificación en función de los síntomas, definiendo el grupo en función del objetivo principal del tratamiento en cada momento, debiéndose por tanto realizar la subclasificación en cada sesión, siempre teniendo presente la posible multicausalidad del proceso. Aunque, bajo nuestro punto de vista, la propuesta es mejorable (por ejemplo, no tiene en cuenta una posible sensibilización central y la educación como objetivo primario, y los subgrupos se pueden optimizar), es un interesante punto de partida que bien podría extrapolarse al NSCLBP.

Esto nos lleva a, como dice O´Sullivan en su artículo, la necesidad de desarrollar una subclasificación lo más extensa posible desde una perspectiva multidimensional. Esto permitiría la categorización de los problemas de dolor lumbar crónico en función del factor dominante que lleva a la lesión, ya sea comportamental, psicosocial, neurofisiológico… Así, podríamos tratar a cada paciente en función de la alteración dominante presente en cada momento, pero sin olvidar el resto. El propio O´Sullivan ha realizado alguna propuesta de clasificación de LBP[4][5], pero seguimos necesitando afinar más.
 
Propuesta de clasificación de O´Sullivan




 Por último, y teniendo en cuenta que algunos de nuestros pacientes precisarán como parte del tratamiento una gran dosis de educación (ya sea educación para el dolor, cambios en el estilo de vida, o para que aprenda ejercicios) creemos que necesitamos mejorar mucho, como profesión, nuestras habilidades comunicativas. Esto debería empezar desde la base, en la misma universidad, pues todos sabemos que dicha comunicación ya es parte del tratamiento.  


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Samuel Gil Gracia (co-autor de la entrada)
Fisioterapeuta y osteópata. Ejercicio libre de la profesión en la localidad de Beziers (Francia). Miembro de la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor (SEFID). Socio número 17 de FSR. Máster en Osteopatía por la E.U. Gimbernat. Editor del blog "Soy Paciente de Samu"


[1] O'Sullivan, Peter. It's time for change with the management of non-specific chronic low back pain. British Journal of Sports Medicine. 2012. 46 (4): pp. 224-227.
[2] Gustaf, M. Rasmussen-Barr, E. Johannes, W. Motor Control Exercises Reduces Pain and Disability in Chronic and Recurrent Low Back Pain. A Meta-Analysis. SPINE. 2013. Volume 38, Number 6, pp E350–E358.
[3] Childs, Maj John D. et al. Proposal of a Classification System for Patiens with Neck Pain. J Orthop Sports Phys Ther, 2014. Volume 34, Number 11: pp 686-700.
[4] O´Sullivan, Peter B. Beales, Darren J. Diagnosis and classification of pelvic girdle pain disorders – Part 1: A mechanism based aproach within a biopsychosocial framework. Manual Therapy 12 (2007) 86-97
[5] O´Sullivan, Peter B. Beales, Darren J. Diagnosis and classification of pelvic girdle pain disorders – Part 2: A mechanism based aproach within a biopsychosocial framework. Manual Therapy, 12 (2007) e1-e12