20 de diciembre de 2013

Toca dar las gracias

Hoy toca contar un cuento, por aquello que estamos de Navidad. Pero esta vez, un cuento agradable, real, y conmigo de personaje principal. Es la historia de por qué no dejé la fisioterapia.

Porque, aunque parezca mentira por la cantidad de horas que le dedico, hace ahora algo más de dos años yo me estaba planteando muy seriamente abandonar la profesión. La formación a la que había tenido acceso no me daba soluciones a cierto tipo de pacientes, y además iba desarrollando con la edad un cierto pensamiento crítico (nada del otro mundo, no os vayáis a creer) y empezaba a percatarme de que muchas cosas que me habían enseñado fallaban en lo más básico y violaban los principios de la lógica y la ciencia.

Entonces, abrí cuentas en perfiles sociales, leí blogs, y me dije: "Coño, si hay gente que ha pasado por lo que estoy pasando yo, a los que les han fallado las mismas cosas que a mi, y encima me pueden enseñar el camino y están dispuestos a hacerlo". Y conforme más leía, más aprendía, más "desaprendía".

Entonces volvió la ilusión. El planteamiento de dejar la profesión comenzaba a ser una pesadilla que quedaba en el olvido. Comencé a formarme con criterio, conocí a gente maravillosa que estaba siempre dispuesta a ayudar de forma desinteresada aconsejándote, o enviándote archivos, o a prestarte libros enviándolos por correo... La lista es interminable.

Y dos años después aquí me tenéis. Haciendo un (creo) trabajo infinitamente mejor del que hacía, con mucho más criterio y razonamiento. Y sobre todo con ILUSIÓN. Esa ilusión que entre muchos de vosotros me habéis hecho recuperar. Esa ilusión en que el mundo está lleno de gente buena. Esa ilusión que da que tanto pacientes como tus propios compañeros te reconozcan el esfuerzo hecho de una manera o de otra. Esa ilusión que te hace dejarte las pestañas cuando llegas a casa después de más de 10 horas de trabajo. Esa ilusión, en definitiva, que había perdido y que recobré encontrando aquello que buscaba cuando me metí en esta aventura de la fisioterapia. 

Por ello, GRACIAS. Gracias a todos los que me leéis, a todos con los que en un momento u otro e interaccionado: entre todos me hacéis querer superarme. Gracias a todos los que me habéis ayudado en alguna ocasión con consejos, libros, ideas para pacientes "rebeldes": vuestra generosidad es un ejemplo.

Hay algunos que, sepáis o no, me habéis ayudado y/o me estáis ayudando especialmente en el camino (y seguro que olvido a alguno que en su bondad me lo perdona): Gracias a Laura, Irene, Aurora y Rocío, porque es increíble que pueda recibir tanto cariño de gente que estáis tan lejos. Gracias a Arturo y Carlos, porque en distintos momentos me habéis guiado, muchas veces sin saberlo, más de lo que creéis. Gracias a Mariví, por demostrarme una confianza que yo mismo no tenía. Gracias a Jorge y Lorenzo: siempre me habéis demostrado que creéis en mi como persona y profesional: lo valoro más de lo que pensáis, y es una suerte poder trabajar con vosotros y que estéis tan cerca. Andy, también gracias a ti, por aguantar mis "cervezas" y mis bajones cada vez que te lo pido, dando sin esperar nada a cambio.

Y, por supuesto, gracias a ti, Carmen. Tu ayuda, tu apoyo, tu comprensión y tu paciencia son más de lo que hubiera podido pedir en esta vida. Gracias por soportar ver como trabajo en casa durante horas que por derecho te corresponden. Gracias por apoyarme en mis ausencias mientras estoy de curso. Gracias por apoyarme cuando han venido mal dadas y me has animado a seguir por donde iba. Sé que como regalo de cumpleaños no es mucho, pero este agradecimiento público es algo que quería darte. Sin ti nada de lo bueno que me está pasando, incluidos los dos maravillosos hijos que estamos criando, sería posible. Te quiero.

19 de diciembre de 2013

What if...?

El inefable @fildarin os propone un juego que estoy encantado de transmitiros.

Espero que lo disfrutéis.


What if...?


 ¿Y si Bob Esponja fuera fisioterapeuta?
Trabajaría en un centro de terapias manuales regentado por el señor Cangrejo,
junto a Patricio, Calamardo, Arenita, Perla, y por qué no, Larry la langosta.


Os propongo que el texto que habría en cada
bocadillo lo pongáis vosotros (en los comentarios a la entrada) y nos echamos
unas risas entre todos.


 Disfrutadlo!