29 de septiembre de 2013

III Jornadas sobre el Intrusismo en el Ámbito Sanitario

Se les ve, pero cuesta trabajo...
El pasado viernes día 27 de Septiembre asistí, con mucha nostalgia por celebrarse en mi antigua universidad, las jornadas que dan nombre al título de la entrada. Del intrusismo se ha hablado en la red en numerosas ocasiones (me encanta la visión de esta entrada de @lorenzofisio), y es uno de los principales problemas que tiene nuestra profesión, muchas veces provocados por nosotros mismos. Por ello, estaba muy interesado en escuchar lo que allí tuvieran que contarnos, y aquí van mis conclusiones y sensaciones sobre lo que allí se escuchó.

Lo primero que se me vino a la cabeza, al ver a la gran cantidad de colegios de distintas profesiones sanitarias representadas, es que no es algo exclusivo de la fisioterapia, sino que todo (o casi) colectivo de la salud se ve afectado de una forma u otra por esta lacra -término que se utilizó mucho a lo largo del día-.

Justo así estaba tras ver lo "útil"
que es la ley penal
En la sección de la mañana escuchamos a juristas de distintos ámbitos hablar acerca del intrusismo basándose estrictamente en el art. 403 del Código Penal, donde se define el intrusismo con figura legal. Todos coincidieron en lo mismo: es insuficiente, ya que las competencias entre distintos sanitarios no están definidas claramente (excepto en odontólogos/estomatólogos/dentistas). Esto es debido a que el legislador defiende la ley de regulación de las profesiones sanitarias hace hincapié en el carácter multidisciplinar de las profesiones sanitarias. Sobre esto, en el propio tribunal supremo hay sentencias en las que se lee que no deben existir monopolios competenciales. Estemos o no de acuerdo con esto, legalmente es lo que tenemos.
También se habló del artículo 637 del CP como otra referencia al intrusismo puro. Pero también resulta insuficiente, porque lo de título académico también deja lugar a la interpretación: ¿título académico equivale a título oficial?
Ante esto, nos encontrábamos ante lo que denominaban una "ley penal en blanco", a pesar de ser la salud un bien jurídico protegido (art. 36 de la CE), porque aquí las definiciones no están claras ni cerradas tampoco.

Así, a priori, se nos presenta un panorama desalentador. Pero hay muchos motivos para la esperanza. Aquel que nos presentó un panotama más descorazonador, el abogado del ICOPFCV, también nos daba una vía alternativa: ampararnos en la ley de mercado. Algo que fue apoyado por los demás presentes: estamos vendiendo salud, en un mercado libre, y podemos denunciar por publicidad engañosa y otras muchas causas, con muchas más posibilidades de triunfar.

Por otro lado, un representante de la sección judicial de la Guardia Civil, volvía a animarnos. Para ellos, las cosas están más claras con respecto al código penal, e investigan todas las denuncias que le lleguen, aunque pedían más denuncias. Si veían indicios, resaltaba el impacto psicológico que tiene en un delincuente no habitual (como son estos), el verse detenido y "engrilletado", para tomar declaración. Eso sí, él no sabía si había condenas habitualmente, y decía que eran más duras las sanciones administrativas que las penales.

Quedó claro también que ni las administraciones ni las autoridades tienen medios para perseguir. Aunque en mi opinión creo que podrían hacerse cosas diferentes con los medios que disponen, pedían más denuncias para poder actuar. Una vez más, los cuerpos de seguridad del estado veían mucho más fácil actuar que las administraciones en estos casos.

En la tarde me gustaría destacar la ponencia de D. Juan Luis Manfredi. Nos expuso la situación de intrusismo del periodismo, muy parecida a la nuestra, entre otras cosas porque gran parte de la culpa la tienen los propios periodistas -¿nos suena?-, y también nos dijo que nos falta habilidad para comunicar, entendiendo como tal la habilidad para convencer al ciudadano de lo que decimos. Para eso coincidieron varios ponentes en que nos falta identidad. Pero ese es otro debate muy profundo, y se haría eterna la entrada.
También nos indicó que las páginas webs oficiales están creadas para informar, no para crear opinión. Y resaltó la importancia de las RRSS en este ámbito por su gran visibilidad.

Para finalizar, se ha leído en RRSS la inutilidad de eventos como éste. No estoy de acuerdo con esta afirmación por varios motivos:
1. No vemos la situación real hasta que abogados, inspectores, fiscales o representantes del defensor del pueblo nos exponen su punto de vista. Vemos las dificultades, pero también las posibilidades.
2. Había representantes de multitud de profesiones y lugares de España. Las conversaciones en pasillos nos hacen ver su realidad, no tan distinta de la nuestra, y comenzar a vislumbrar estrategias comunes. Lo mismo ocurre con los juristas y autoridades antes mencionados.
3. Es importante para los que acudimos conocer qué es el intrusismo realmente (legalmente), pues creo que la mayoría lo desconocíamos, y la mayoría de los que no acudieron también.

Estoy seguro que olvido cosas, pero dos días después es lo que más recuerdo. Os recomiendo la lectura de @aroterapia sobre estas mismas jornadas en ¿Desilusión o esperanza?

PD: en las jornadas se aprovechó para presentar un spot contra el intrusismo del ICPFA. Aquí os lo dejo.



26 de septiembre de 2013

Una mañana entre peques

Ayer disfruté de una nueva experiencia como fisioterapeuta. En el marco de la campaña dirigida a niños sobre higiene postural, organizada por el Grupo Provincial de Sevilla del ICPFA, di una charla a dos clases de niños de seis años (por separado, que si no eran 50 niños, qué locura), en el colegio Aníbal González. La experiencia ha sido a la vez maravillosa, divertida, estresante y sorprendente.

Los nervios previos fueron superiores a cualquier otro evento al que me haya enfrentado, ya sea un nuevo trabajo, una ponencia, una formación o lo que queráis imaginar. ¡Niños! ¿Cómo atraigo su atención? ¿Cómo se lo hago interesante? Muchas preguntas y pocas respuestas tenía. Y a pesar de todo, allí me tenéis, con muchas ideas aportadas por @villa_inma (nunca se lo agradeceré lo suficiente) y otras muchas mías, acompañado de una caja, un ordenador, un modelo anatómico de columna y unos cuantos palos.

Empecé preguntando a los peques qué hacía un fisioterapeuta, con respuestas variopintas, aunque las más comunes eran el "no sé" (andaban un poco cortados) o el "masaje" típico. Después de explicarles que los fisioterapeutas hacíamos mucho más, intentando que las personas volvieran a moverse bien después de "estar malitos", empezamos a hablar de la espalda, dejando que tocaran el modelo anatómico (eso les encantó) como método de "ganármelos".

El resto fue sobre ruedas: juegos para ver cómo hay que sentarse, transportar la mochila, levantar pesos... Dándole la importancia justa, que tampoco vayamos a exagerar, que tienen 6 añitos. Y fue increíble ver cómo captaban las cosas, cómo se involucraban, cómo comenzaban a corregirte sobre la marcha... Sólo espero que se queden con algo útil de todo esto, aunque sea el buen rato que pasaron.

Javi en acción, "tocando la guitarra". Tenían salidas que te tenías que reir
Sólo me quedó una sensación agridulce, y es que muchas veces tuve que cortar el catastrofismo: respuestas del tipo "porque si no te rompes la espalda", o "si no necesitas medicinas e ir al médico para que te pinchen" fueron muy oídas. La verdad es que intenté pararlo simplemente suavizándolo, y decir que sólo había que intentar hacer las cosas bien para que siempre pudiéramos movernos y jugar bien, pero que no se iba a "romper" ni nada por el estilo, y que no había que estar todo el día pendientes de nuestro cuerpo, que él era listo y nos avisaba. Hay que evitar decir ciertas cosas a los niños, que estamos desarrollando futuros enfermos y catastrofistas con estas expresiones, y luego pasa lo que pasa.

En resumen, una experiencia que repetiría (con los mismos nervios que ayer) porque no hay nada más refrescante que el aplauso de un grupo de niños sonriéndote al decir adiós.

23 de septiembre de 2013

De aseguradoras: propuestas de solución

Buenas, como lo prometido es deuda, comencemos a habar de FISIOTERAPIA. En este caso, y dado que aproximadamente el 80% de los fisioterapeutas trabaja en el ámbito privado, según estadísticas que leí hace algún tiempo no recuerdo donde, hablemos de algo que seguro que nos preocupa a todos mucho, y demos ideas para solucionar este problema que tenemos, entre unos y otros, "long time ago", pero no en una galaxia "far far away", sino a la puerta de cada uno de nosotros.

En primer lugar hay que decir que, en esto, casi todos (el 80%, vaya) vamos a tener conflictos de intereses, básicamente porque todos estamos en una posición actualmente: o no trabajamos con ellas o sí que lo hacemos. Así que sí, mi opinión quizás esté sesgada, y por eso lo pido desde ya: son nuestras propuestas e ideas (en algún caso matizadas por mi propia opinión, que para eso es mi blog xD), pero queremos las de todos. Ahí están los comentarios. Lo que sí está claro, si leéis mi entrada Las cuentas claras, es que es insostenible hacer un tratamiento individualizado y de calidad por 6€ / atención.

Creo que ya ha pasado el tiempo en el que uno elegía su seguro de salud como salida a la lentitud del sistema público. Al menos no lo hacen por la fisioterapia: el ciudadano va tomando conciencia de la importancia que tiene una fisioterapia de calidad, y del bien que puede ejercer sobre su salud. Tenemos que jugar esa baza con respecto a la aseguradoras para que dejen de ningunearnos, pero siendo conscientes de que actualmente el "poder" lo ostentan ellos.

Hay que hacerles ver el conocimiento que la población tiene acerca de la fisioterapia, que no son sólo "apretar botones", dar un "sobeteo" y mañana vuelva para lo mismo. También hay que jugar con que vean el coste-beneficio real de una fisioterapia de calidad.

Pero tampoco podemos pedir que simplemente paguen más, y listo. Tiene que haber contrapartidas y un mejor sistema que el de fisioterapia "por paquetes" que existe hasta ahora.
Estas son algunas de las propuestas que han ido surgiendo en conversaciones, pero espero muchas más por vuestra parte en los comentarios:

1. En base a lo anterior, tenemos que renegociar nuestro papel dentro las mismas, pues para muchos asegurados somos su "producto estrella", de relativo fácil acceso (incluso pedir acceso directo estaría bien, pero eso es otra "batalla"). Esto sólo puede conseguirse en base a una atención de calidad, pero no únicamente refiriéndome al proceso asistencial como tal, sino a la obligación de hacer historias clínicas completas, informes de alta, informes de tratamiento, etc.

2. Establecer un nuevo modelo de tarificación, basado en una cartera de servicios diferenciada en la que se vean incluidas la primera consulta, los diferentes procesos asistenciales a seguir (en función de la evolución siempre), el informe de alta fisioterapéutica distinguido del informe de alta médico... y un largo etcétera. De esta manera tendríamos una forma de distinguir procesos "corrientes" de procesos que necesitan atención más especializada (las especialidades, otro carro de batalla) o de más entidad clínica.

3. Otra manera de conseguirlo sería estableciendo una escala de procesos asistenciales, en función de su entidad clínica o grado de dificultad. Por ejemplo (sólo por ejemplo), un grupo para para procesos que sólo precisan de prevención; un segundo de patologías de poca entidad; un tercer grupo de patologías de más entidad (como las del grupo 2 con complicaciones) y un último conjunto para procesos de gran entidad o de alta especialización. Obviamente, hay un amplio debate aquí sobre qué entra en cada grupo.

A todo esto habría que sumar reuniones con distintos colectivos, como la mutualidad de funcionarios (gran número de los asegurados son funcionarios, como sabréis, por mor de sus convenios), para hacer ver a ellos también la importancia de la fisioterapia y que puedan hacer fuerza en nuestro favor.



Claro, todo esto está muy bien. Pero en una negociación ambas partes tienen que ofrecer algo, y nosotros aún no lo hemos hecho. No podemos exigir más precios, o esas divisiones, así por las buenas. Tengamos en cuenta que:

a. No podríamos seguir haciendo churriterapia bajo estas premisas. Y deberíamos, en mi opinión, permitir que las aseguradoras "auditaran" de algún modo nuestros tratamientos, exigiendo que fueran basados (o informados) en la evidencia, a modo de lo que se hace en los EEUU.

b. Quizás, en alguno de los supuestos antes explicados, se precise una formación específica para poder realizar alguna de las atenciones (otra vez las dichosas especialidades). Y no hablo solo de lo que podamos necesitar nosotros, sino nuestros empleados.
Las negociaciones siempre son difíciles y en ésta concretamente hay muchos actores y factores

Y estas dos sólo a modo de ejemplo, porque seguro que sería todo mucho más duro que esto.

Por último, y aquí barro para casa, si se consigue, ¿en qué posición quedamos los que durante años hemos elevado la concepción de la fisioterapia rechazando a este "cliente-asegurado"?. Sé que esto que digo es bastante polémico (no sabéis qué debate ha habido en nuestras reuniones), pero creo que habría que vehiculizar sistemas para que no quedemos fuera de estos pacientes si se consigue una negociación y un acuerdo (ojalá) positivos.

Espero vuestras críticas y sinceras opiniones.

4 de septiembre de 2013

Visto, oído... (1)

Hace unos días, en la sección de "Bolsa de empleo" de la web del ICPFA, vi esta oferta de empleo:


Y días más tarde, esta otra:


Como veis, en ambas pone que se valorarán o como requisitos el conocimiento de  "técnicas innovadoras". Son ofertas publicadas por fisioterapeutas, colegiados, con la titulación legal y toda la pesca.

Y yo me pregunto, ¿qué son técnicas innovadoras? Porque técnica innovadora es el palito de apretar azul o el percutor estructural, por ejemplo, y son técnicas que no pueden ir junto a palabras como evidencia o plausibilidad. Ya puestos, técnica innovadora es dar golpes con un bate de béisbol para curar una patología. O más innovador aún, como dijo @jorge_ze, me invento el método Santacruz, por absurdo que sea lo que se me ocurra.

Si los propios profesionales no aprendemos a valorar un trabajo bien hecho, y solicitamos para nuestros empleados técnicas al menos plausibles y mejor evidenciadas (Mulligan, MacKenzie, formación en control motor, DNM, ejercicio terapéutico...), no conseguiremos hacer crecer nunca la marca fisioterapia, y nos seguirán comiendo la tostada quienes no deben.

3 de septiembre de 2013

¿Y yo que hago con Miguel Villafaina?

Sí, me gustan los gatos xD
Eso os preguntaréis muchos después de haberme visto y oído criticarlo, y muy duramente, miles de veces, en todos los foros que me puedo imaginar. "¿Qué hace este pavo acompañando a Villafaina, y trabajando con él, con la caña que le ha dado?"
Vale, pues ahí van mis motivos, que creo que son muy mundanos y comprensibles:

- Durante todos los años que lleva al frente del ICPFA, se han cometido errores y aciertos durante la gestión. Pero durante los dos últimos años, especialmente desde que cambiaron algunos cargos en la junta de gobierno que habían convertido el colegio en un coto cerrado abusando de la delegación de trabajo que suele hacer Miguel, la institución se ha acercado mucho al colegiado y ha comenzado a escucharlo, centrándose en las necesidades que pueda tener y elaborando acciones que son más acordes al momento actual que exige la coyuntura socioeconómica. Es cierto que queda mucho camino por hacer, y mucho acercamiento, y ahí creo que es donde los nuevos podemos aportar.

- Me siento maduro, después de más años de los que quiero reconocer en la profesión, para afrontar este reto, en caso de que los colegiados gusten en las urnas (y antes con los avales), y trabajar en un equipo que ve un futuro global para la profesión que a la mayoría de nosotros se nos escapa. Creo que esa visión global les hace ser idóneos para trabajar por la profesión, y sin embargo también se necesita gente que trabaje por los profesionales, con visiones más cercanas al día a día de "un currito". Y ahí es donde creo que puedo aportar yo.

- Conocidas las ideas que tiene el equipo de trabajo, ESTE renovado equipo de trabajo, con respecto a los siguientes pasos a dar por el colegio, concuerdan bastante, aunque hay numerosos matices que aportar y corregir desde mi punto de vista (con la ayuda de todo el que quiera aportar), con los que considero los principales asuntos a tratar para la profesión y los profesionales en el momento actual. Esto se hará público, como corresponde, antes de que me acribilléis, cuando las candidaturas sean oficiales.

- Me siento obligado, moralmente, a dar este paso adelante y trabajar por lo que creo, con las ideas que tengo, desde dentro si es posible. Es sencillo criticar desde la barrera, pero si te dan la oportunidad de cambiar las cosas que crees que se podrían mejorar, ¿cómo rechazarlo?

- El presidente del ICPFA debe ser una figura institucional, con contactos, que sepa moverse y hablar en las altas esferas, con experiencia clínica y profesional. Todos esos factores los cumple Miguel, que siempre confía en su equipo de trabajo, que para eso lo tiene, y poder así centrarse en esos asuntos. No encuentro una persona que pueda representar mejor a la profesión y cumpla mejor esos requisitos. Ahora el trabajo del resto de nosotros es que esa representación la haga desde las ideas que mejor representen al global de los colegiados y sus intereses.

Por si fuera poco todo lo anterior, los nombres que surgen de posibles alternativas, o bien no merecen en absoluto mi confianza, o bien no sólo no creo que no lucharán por el bien de la profesión, sino todo lo contrario buscando su propio interés. Hay muchas cosas que me llevan a estas conclusiones, pero esos razonamientos me los guardo para mí. Hablemos, con el beneplácito de los colegiados, desde la perspectiva de las ideas y las aportaciones.

Ahí tenéis los comentarios para preguntar, criticar, y ese largo etcétera.

Nota: en esta entrada seré inflexible con los comentarios anónimos y que no sean respetuosos.